“La aparición de lo que en su momento se llamaron “Nuevas Tecnologías” en las últimas décadas del siglo XX ha sido la causa de la llamada “Revolución Digital”, revolución que, a diferencia de otras anteriores, ha conseguido que los cambios y las transformaciones derivados de lo que hoy se llaman “Tecnologías de la Información y las Comunicaciones” (TIC), se hayan producido muy rápidamente en todos los ámbitos de la sociedad”, ( R. MARTÍN LABORDA:2005).
Como bien indica esta autora, en estos pocos últimos años la sociedad ha sido testigo de una intrusión abusiva pero aceptada de nuevos medios tecnológicos en los distintos ámbitos de la vida cotidiana.
Su atractivo, reflejado en la mejora de la calidad de vida gracias a su rapidez y comodidad, así como proporcionar ocio y diversión, hace que cada día estos medios tengan más adeptos.
Si nos centramos en uno de los ámbitos donde más relevancia tiene la incorporación de estas nuevas herramientas digitales, el educativo, se puede apreciar el enorme campo de posibilidades que se nos brinda.
De este modo, gracias a la incorporación en los centros educativos o ámbitos de formación, las TICS han proporcionado nuevos campos de aprendizaje, instantánea obtención de información y formación tanto para estudiante como para formadores, haciendo posible con ello, una educación permanente más accesible. También posibilita un nuevo medio llamativo para los más jóvenes, que parecen cansados y ven anticuado la enseñanza por medio de papel y lápiz.
Pero dichos avances también reflejan problemas, siendo el más importante en el terreno formativo el fenómeno de la “brecha digital”, conocido como “diferenciación producida entre aquellas personas, instituciones, sociedades o países, que pueden acceder a la red, y aquellas que no pueden hacerlo; es decir, puede ser definida en términos de la desigualdad de posibilidades que existen para acceder a la información, al conocimiento y la educación mediante las NNTT”, (J, CABERO ALMENARA:2004).
Por todo ello, por un lado, como futuros profesionales de la educación y de lo social, debemos trabajar para fomentar entre la población con escasos recursos o conocimientos informáticos y tecnológico el aprendizaje y eso de dichos medios para paliar tal problema citado; y por otro, utilizar de modo adecuado estos nuevos recursos que se nos brindan, para hacer de ellos, en definitiva, nuevos propulsores de educación y no de exclusión.
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